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Educación Financiera Básica

AÑO 80 d.C.

Se inaugura el Coliseo en la capital de un gran imperio

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Desde el año 80 hasta el 523, fecha en la que se tiene constancia del último evento en este anfiteatro, con capacidad para albergar a 50 000 personas, se celebraron espectáculos para entretener al pueblo. Allí se acercaron gentes de todos los confines del Imperio romano pero, ¿qué hizo posible el auge de este imperio, su crecimiento y esplendor, así como la construcción de obras públicas tan sensacionales como el Coliseo?

Suele considerarse que la república romana y el imperio que la siguió, tuvieron como única base de su éxito y su expansión por el mundo la fuerza militar de sus legiones. Eso no es del todo cierto. Si Roma consiguió mantener su dominio y su pujanza durante tantos siglos y en tantos lugares diferentes fue también gracias a una buena organización económica, que consiguió crear una prosperidad pocas veces vista en el mundo antiguo.


Muchos argumentarán que Roma era una sociedad esclavista, y que la existencia de una mano de obra tan abundante y a tan bajo coste estaba en la base del desarrollo económico. Eso es una verdad a medias, ya que otras culturas también empleaban esclavos y no tuvieron, ni de lejos, el éxito de los romanos.

Vamos a enumerar algunos de los factores que hicieron de la antigua Roma una economía pujante y desarrollada.

En primer lugar, una agricultura eficiente. Los romanos basaban su riqueza en la tierra y en su explotación. La agricultura estaba considerada como una actividad honorable y los grandes terratenientes procuraban sacar el máximo provecho de sus dominios, a veces, muy extensos. Los cereales, la vid, el olivo y las hortalizas suponían el núcleo de la producción.

Las ciudades romanas eran ciudades activas, empezando por la propia capital. Eran centros de incesante actividad: artesanos, obreros, comerciantes, todos se afanaban constantemente en su trabajo y dinamizaban la economía de los centros urbanos y sus alrededores.

El comercio fue otro de los factores impulsores de la economía. Tras las legiones llegaban los comerciantes. Roma construyó calzadas, caminos y puertos por todo el imperio para que las mercancías fluyeran; también limpió el Mediterráneo de piratas y otras amenazas para que los barcos navegaran con todo tipo de productos en sus bodegas.

Poseer una moneda cuyo valor fuese respetado en todo el imperio era fundamental para que el comercio y la actividad económica fluyeran. La moneda de Roma cumplió durante siglos este requisito.

El derecho romano ejerció una importancia básica. Todas las transacciones, préstamos, legados o contratos estaban sujetos al derecho romano y a una burocracia que funcionaba razonablemente. La propiedad estaba defendida por las leyes y estas se hacían respetar por la fuerza del imperio

El Estado, y su fuerza militar, se sustentaban en la recaudación de tributos. Estos eran pagados por los particulares, pero también por los territorios conquistados. Muchos de esos tributos, es cierto, se gastaban en los suntuosos derroches de emperadores y aristócratas, pero también revertían en obra pública o una incipiente beneficencia social.




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